En Punta de Choros y Caleta Chañaral de Aceituno: La ciencia, el turismo y la gastronomía se unieron para aprender más sobre el territorio

Durante tres jornadas, con charlas y talleres impartidos por destacados expositores, se abordó la manera en que la comunidad y emprendedores turísticos pueden incorporar a sus labores, aspectos de la cultura oceánica en la narrativa turística y cómo aportar desde la gastronomía a la actividad turística sustentable.

Entre los expositores se encontraron la Dra. Susanna Buchan, científica de COPAS Coastal y CEAZA, quien se refirió a investigación que se realiza en el Archipiélago de Humboldt,  sobre las conductas de alimentación junto con  las características del relieve submarino que permiten un ecosistema rico en nutrientes y que asimismo, crear las condiciones para la presencia de grandes cetáceos, como la ballena fin que permanece prácticamente todo el año en el lugar..

Asimismo, los asistentes a las actividades realizadas en Chañaral de Aceituno y Punta de Choros participaron de un conversatorio y una clase demostrativa del chef Alonso Barraza del programa de televisión “Recomiendo Chile” y colaborador de COPAS Coastal, quien destacó el valor de rescatar o conocer la historia de la localidad basada en conocimiento científico y también  en historias familiares, para respaldar la presentación gastronómica que tiene esta localidad. Es ese respaldo, el que le va a dar valor de gastronomía local al producto. El chef planteó que “desde el punto de vista turístico tener clara una identidad gastronómica es súper importante, porque esta identidad cautiva al turista visitante y además va a encantar también a la localidad. Nada mejor que conocer lo de uno. Y poder entregarlo con conocimiento, con orgullo. Si no conocemos nuestra gastronomía local, la verdad es que perdemos parte de nuestra esencia”.

A lo anterior, se sumaron Gerardo Cerda y Erik Burgos, profesionales  de SERNAPESCA de Coquimbo y Atacama, respectivamente, quienes abordaron la importancia de un ecosistema marino sano, los servicios ambientales que proveen y su relación con el turismo. Sobre la relevancia de las áreas marinas protegidas para las comunidades, y la necesidad de realizar una actividad turística responsable de avistamiento de fauna marina. En esta oportunidad, se presentó el programa Centinelas del Mar, que busca involucrar a la comunidad local como vigías de fauna marina, con el propósito de agilizar acciones conducentes a la protección y rescate de fauna marina en circunstancias excepcionales. Asimismo se invitó a los habitantes locales a ser voluntarios en este programa, logrando un número importante de adherentes.

Claudia Hernández, encargada del Programa de Ciencia y Turismo del CEAZA destacó que “esta  versión de Masterclass de Ecoturismo tuvo una positiva recepción y para nosotros como centro científico es muy importante tener este nexo con la comunidad porque el transmitir conocimiento científico a través del turismo puede ser una poderosa herramienta para mejorar la cultura científica a nivel global en el largo plazo. Asimismo, nos permite dar a conocer las investigaciones científicas en el mismo territorio donde se realizan”.

Paúl Gómez, coordinador de Divulgación y Educación Científica de COPAS Coastal, y quien presentó algunos ejemplos de los trabajos realizados por el Centro COPAS en la Patagonia de Chile, destacó que trabajar con operadores turísticos permite “algo fundamental, el turista se encuentra totalmente receptivo a aprender cosas sobre los lugares que visita, y la ciencia puede aprovechar esa voluntad de aprender para enseñar y concientizar sobre diversas problemáticas locales. Es parte de lo que buscamos en nuestra iniciativa SOS Océano, trabajar con personas multiplicadoras como docentes, comunicadores y en esta ocasión, operadores turísticos, que nos ayuden a llevar la cultura oceánica, principalmente descubrir nuestro vínculo inquebrantable con el océano y fomentar nuestro deseo de cuidarlo”.

La Masterclass en Ecoturismo contó con el apoyo de Servicio País, GEF de Gobernanza Marino Costera, CONAF, SERNATUR, Agrupaciones Changas de Punta de Choros, Sindicato de Pescadores de Chañaral de Aceituno, Gremio de Pescadores de Punta de Choros. Asimismo, organizaciones locales e instituciones facilitarnos sus espacios para realizar estas actividades: la oficina de CONAF ubicada en Punta de Choros, el Centro Gastronómico Ecofuturo de caleta Los Corrales en  Punta de Choros, el domo de Chañaral de Aceituno y el Restaurant “El Jony”.

Pippa Ehrlich, la exitosa cineasta sudafricana coescritora, editora y directora del documental ganador del Oscar “Mi Maestro el Pulpo”, y quien estuvo presente en Chile para el Festival de Cine Santiago Wild, visitó días antes de esta actividad la Caleta Chañaral de Aceituno, y allí señaló que el rocío o hierba de rocío (Mesembryanthemum crystallinum), localmente conocida como yuyo, era consumida en diversas preparaciones culinarias en Sudáfrica, su país.

El rocío, es una especie de origen africano, que fue introducida durante la primera mitad del siglo XIX, desde entonces se ha convertido en una verdadera amenaza que genera diferentes afectaciones en los ecosistemas del norte de Chile, sobre todo en las islas Chañaral y Choros, en el archipiélago de Humboldt, debido a que saliniza los suelos y compite con especies nativas. Marinella Maldonado de CONAF Atacama y Susannah Buchan, científica de COPAS Coastal y CEAZA sabedoras de la actividad que sucedería en estos días, solicitaron al chef Alonso Barraza, que considerara tratar de utilizar el rocío en alguna receta. Para sorpresa de las personas asistentes en las dos localidades, el reto fue aceptado, y no sólo se sorprendieron de estar comiendo yuyo, se trataba de un verdadero manjar, con un sabor muy suave, similar al de la espinaca. Esto se constituye en una posibilidad de aportar a la conservación de su territorio, al avizorar un posible mecanismo de controlar una planta que llevan mucho tiempo intentando erradicar. Y si bien, la velocidad a la que se reproduce esta planta, no permite pensar en la total erradicación, el uso de este yuyo en la gastronomía permitirá dos cosas, visibilizar una problemática a quienes visiten estas localidades y aportar al control de esta plaga.

Alonso Barraza al respecto señala que “la gastronomía permite incluso recepcionar a esta planta invasora y sacarle provecho, porque a pesar de lo problemática que es, tiene que aportar, cada ingrediente suma a esta identidad, con un respaldo histórico, una propuesta de sabor y saberes que se le puede entregar a un turista e incluso a la comunidad, para que valoren lo que tienen desde muchas aristas”.

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