El trabajo presencial ha adquirido un interesante nuevo protagonismo después de años en que predominó el modelo híbrido. Grandes empresas como Amazon y Google han encabezado esta tendencia, fomentando que sus colaboradores regresen a las oficinas. Este cambio ha centrado la atención en el diseño de los espacios laborales, destacando la creciente demanda de oficinas que incorporen terrazas y áreas abiertas.
Antes de la pandemia, estas áreas exteriores se consideraban un lujo poco práctico. Hoy, sin embargo, las prioridades empresariales han evolucionado. Las organizaciones reconocen que los entornos de trabajo deben ser atractivos y funcionales, priorizando el bienestar y la colaboración.
Según un estudio de Colliers, en 2019 menos del 25% de las empresas consideraban deseables los espacios exteriores. Para 2024, se proyecta que más del 60% los valorará como un beneficio importante y un 47% los exigirá como un requisito esencial. Este cambio refleja una creciente conciencia sobre la importancia de la salud mental y emocional en los entornos laborales.
Las terrazas y patios ya no son simplemente zonas de descanso, sino elementos esenciales para el bienestar general. Estos espacios ofrecen a los trabajadores un respiro de la rutina, fomentan la interacción social y, por qué no decirlo, hacen que en este nuevo regreso a la presencialidad uno se sienta “como en casa”.
La vuelta total a las oficinas es una oportunidad para reimaginar los entornos laborales. Más allá de ser un simple ajuste en la dinámica de trabajo, este cambio abre paso a diseños centrados en las personas, que potencian la productividad, la creatividad y el bienestar. En este escenario, las terrazas y patios dejan de ser un lujo para convertirse en una necesidad.
Ignacio Zamora
Business Manager de WeWork Chile