Cada vez que se acercan las elecciones, vemos a los distintos partidos y operadores políticos seleccionando entre aquellos que no están presos ni formalizados, para poder conformar, armar y desarmar pactos electorales a conveniencia, tomando acuerdos espurios, tal como si disputaran un preciado botín a repartir y como no, si ya se ha comprobado desde hace años que la gran mayoría de los “servidores públicos” ya no sirven a nadie más que a sí mismos y sus financistas.
Nos hablan de meritocracia, de que hay que esforzarse para tener éxito mientras nuestros parlamentarios se embolsan millones de pesos sin mayor esfuerzo, nos dicen que sus delitos son “errores”, que los actos de corrupción son “malas prácticas”. No les bastan los millones de pesos que reciben como dieta sino que hacen uso y abuso de millones de pesos en gastos de traslación, sin número de teléfonos celulares, arriendo de oficinas parlamentarias que no existen, informes que a han resultado ser burdos “copiar y pegar”, contratando a familiares, etc., demostrando que operan en la total impunidad y una absoluta falta de respeto por su labor y por sus electores.
En estos días nuestro parlamento rechazó la posibilidad de retiro del 10% de las AFP, arrogantes sensores del bien y el mal, bajo la excusa y amenaza de un descontrol de la Inflación. Los electores no olvidaremos su egoísmo, oportunismo y cinismo, puesto que ya no nos sorprende su miserable “calculadora” electoral.
Las palabras “probidad” y “recursos públicos” parecen estar reñidas desde hace años lo cual ha generado una creciente desafección de la política y en lugar de hacer algún análisis crítico, deciden resolver la creciente apatía y desinterés imponiendo el voto obligatorio ya que los niveles de participación en los comicios electorales estaban bajando exponencialmente, llegando a cifras alarmantes en los últimos años en los que más de la mitad del país no estaba votando, debido en gran medida, a que la ciudadanía que lleva años esperando cambios que el sistema político no solo no genera aquellos esperados y necesarios cambios sino que a diario, están dando muestras de bajezas, pellejerías, aseguramiento personal y corruptela, donde las aparentes controversias de ideas entre ellos no existen, son tan solo “cachetadas de payaso” que les permiten asegurar sus mezquinas cuotas de poder y mantener el conveniente status quo.
Sería demasiado extenso relatar el sinfín de casos de corrupción y mal uso de recursos públicos, de robos y de arreglines.
En esta ocasión me voy a centrar en los Gobiernos Regionales que debutan con sus integrantes electos por primera vez y lamentablemente “no pasaron la prueba de la blancura”. En ellos hemos visto con estupor cómo se han obviado conflictos de interés y se ha hecho habituales las irregularidades en la asignación de cientos de millones recursos a Fundaciones que hoy se encuentran en manos de la justicia debido a múltiples delitos, lo cual hace prender una luz de alarma frente a la pertinencia y necesidad de una mayor fiscalización de los gastos.
Nuestro compromiso y desafío es FISCALIZAR la asignación de recursos, siendo el “cortafuegos” de las malas prácticas o simplemente impedir o minimizar el riesgo de la comisión de delitos en la asignación y distribución de los recursos en nuestra región.
Pablo Cruz Rivera, candidato al Consejo Regional por la Provincia de Copiapó.