“Las clases que no se hacen no se pagan”, así le dijo Marcela Cubillos Sigall a los profesores el 30 de Julio del año 2019 cuando era Ministra de Educación del Gobierno de Sebastián Piñera, frase tal vez agorera ya que hoy se encuentra en medio de encendida polémica porque nos enteramos de que sin ser siquiera académica, viviendo en España y siendo Convencional Constituyente, recibió durante años un suelo de $17.000.000 por una jornada de trabajo de 22 horas en la Universidad San Sebastián, aparte de las 50 UTM ($2.600.000.- aprox.) por su cargo de convencional.
Hemos visto como, con la displicencia e ironía que la caracteriza y que la hizo acreedora del mote “La displicente”, Marcela Cubillos intentó hacernos creer que era un ataque machista y un intento de la izquierda de querer regular los sueldos que paga una universidad privada.
Para no faltar a la verdad, citaré textualmente lo que nos escupió en la cara: “esta izquierda progre de cartón piensa que una mujer profesional, cuando su marido asume un cargo en el extranjero, tiene que dejarlo todo para seguir a su marido. Es lo único que me faltaba escuchar de esta izquierda progresista. Lo he dicho desde el día uno, mi marido asumió un cargo en España y yo seguí trabajando en Chile”.
”Vuelvo a decir, no sé qué pretende la izquierda, que sean ellos quienes fijen los sueldos cuando uno trabaja en una institución privada”.
Con estos dos “voladores de luces” y con un temerario desparpajo, quiso desviar nuestra atención insultando una vez más la inteligencia de los chilenos, sin exhibir títulos ni credenciales académicas que la hiciera merecedora de un sueldo de esa obscena magnitud, ya que sólo para contextualizar, voy a mencionar que el Presidente de la República recibe una remuneración de $ 7. 634.385, que la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés gana $ 11.000.000, que en el mercado nacional el sueldo de un docente universitario que trabaja de manera presencial ya tiempo completo fluctúa entre los cuatro y seis millones de pesos al mes y que el 80% de los doctorados en Chile ganan un promedio de $3.000.000 y a ellos se les exigen investigaciones, PhD, años de experiencia en la academia y publicaciones académicas con regularidad.
Frente a la abismal cifra, no puede evitar preguntarme: ¿Todos los docentes de la USS ganan sueldos similares? ¿Cuánto gana un Decano de la USS? ¿ Y el Rector?
Tampoco puedo evitar preguntarme ¿qué hace de Marcela Cubillos una académica tan extraordinaria que la haga merecedora de un sueldo de $17.000.000? No es académica, es una política haciendo clases, no tiene una carrera académica que represente un aporte a sus estudiantes, dijo ser investigadora pero no figura en ningún registro de los investigadores de la USS, dijo haber publicado tres libros cuando en realidad coordinó su publicación y sólo escribió un artículo en cada uno de ellos. Es abogada sin máster ni doctorados, sin ir más lejos se licenció el año 1990 y se tituló recién 17 años después, en mayo de 2007. Fue Diputada por Ñuñoa y Providencia dos períodos consecutivos desde 2002 a 2010 y fue Ministra de Estado en las carteras de Educación y Medio Ambiente durante el gobierno de Sebastián Piñera. Ese es básicamente su currículum, en el cual no figura ninguna credencial que la transforme en una gran académica merecedora de ganar un sueldo tan exorbitante considerando que sus pares políticos que también se encuentran haciendo clases en varias universidades, ganan sólo un 10% de lo que ganaba ella.
¿No será que detrás de tan grosero sueldo habrá algún tipo de financiamiento ilegal de sus campañas políticas? o quizás la USS este devolviendo algún «favor concedido»?, ¿Por qué la Universidad San Sebastián se ha transformado en una suerte de refugio para ex personeros de la derecha como por ejemplo Andrés Chadwick Piñera, ex Ministro del Interior y Seguridad pública durante el primer y segundo gobierno de Sebastián Piñera, la suspendida jueza Ángela Vivanco, el ex fiscal Manuel Guerra y Felipe Ward, ex Ministro de Vivienda, todos ellos hoy en la mira de la Fiscalía por sus comprometedores chats con el inmoral operador político Luis Hermosilla. También terminaron haciendo clases en la USS: Rodrigo Ubilla, ex Subsecretario del Interior; Arturo Zuñiga, ex Subsecretario de Redes asistenciales; Juan José Ossa, ex Ministro Secretario general de la Presidencia; Julio Isamid, ex Ministro de Bienes Nacionales; Rodrigo Álvarez, ex Ministro de Energía; Cristóbal de la Maza, ex Superintendente de Medio ambiente; Felipe Betancourt, Ex Director nacional de FOSIS; Gonzalo Arenas, ex diputado y asesor de la Segpres y Ministerio del interior; Enrique Paris, ex Ministro de salud; María Teresa Valenzuela, ex Subsecretaria de Salud Pública, Alejandro Weber, ex Subsecretario de Hacienda; Sebastián Sichel, ex Ministro de Desarrollo social, Víctor Pérez, ex Ministro del Interior, todos ellos ejercieron dichos cargos durante los gobiernos de Sebastián Piñera.
Por otro lado, llama la atención que al ser entrevistada, Marcela Cubillos inisite majaderamente en que pagó los impuestos correspondientes a ese sueldo, como si ello fuera un mérito y no un desde, y además insiste en que la USS es una institución privada pero lo que no menciona es que el Estado financia casi el 50% de los ingresos de la USS y que sin ir más lejos, sólo el año 2023, recibió $ 100.000.000.000 de dineros estatales correspondientes a fondos concursables, Becas estatales y Crédito con aval de Estado, el conocido CAE.
Y ya que nos referimos al CAE, cabe señalar que la matrícula de la USS creció en en un 270% desde que recibe financiamiento por el CAE y que casi el 60% de los alumnos estudian con dicho crédito ya que pertenecen a los sectores más vulnerables de la población, muchos de ellos son primera generación que ingresa a la universidad y que dada la precariedad de sus situaciones familiares, la única posibilidad que tienen de estudiar es endeudándose caso hasta los 40 años de edad, gracias al ingreso de la Banca. Por otro lado, el porcentaje de morosidad de los estudiantes que pagaron sus carreras con CAE es de un 60,6%, razón por la cual el Estado está permanentemente entregando millonarios recursos a la USS.
Con estas cifras en mano, creo que sería muy problemático en términos morales que la USS, que en lugar de reinvertir sus excedentes o ganancias en mejorar la educación que brinda, según lo establecido por el artículo 65 de la Ley de Educación superior promulgada en Mayo de 2018, vaya a estar desviando recursos para financiar ilegalmente la política. Perteneciendo Marcela Cubillos al sector ideológico que siempre ha hecho todo lo posible por achicar el Estado, resulta extremadamente paradójico pensar siquiera que tal vez haya sido el Estado de Chile el que terminó pagándole el sueldo y financiando sus campañas políticas. Si a ella, ella, la displicente, la que se opuso de manera contumaz a la promulgación de un ley de divorcio en Chile pero que una vez aprobada dicha ley, fue la primera en divorciarse para contraer segundas nupcias con Andres Allamand, quien también se oponía a dicha ley. Ella que hoy con su particular desdén acusa a la izquierda de querer regular su sueldo, con esa misma desfachatez deberá demostrar si es que puede, ante la justicia, que no usó su millonario sueldo en financiar sus campañas y por sobre todo, debiera explicar a las familias de los alumnos de la Universidad San Sebastián que hacen un gran esfuerzo para lograr que alguno de sus hijos vaya a la universidad, como es que ganaba cada mes, veinte veces más de lo que cuesta el arancel mensual de un alumno de la carrera de Derecho en la Universidad San Sebastián.
Con esta avalancha de noticias y con la certeza que aún queda una «masacre final» antes de las elecciones vemos cómo la derecha de siempre nos sigue mostrando su «manual del fraude».
Los ciudadanos «de a pie» estamos prisioneros de una clase política que no está a la altura de lo que la ciudadanía demanda y exige.
Por ello invitó a cada persona que no se siente parte de estas bandas de «crimen organizado» a poder informarse y optar a sembrar una nueva semilla en las próximas elecciones con aquellos candidat@s que no sean parte de la Élite que nos han negado permanentemente «El pan y el agua».
Atacama necesita y merece autoridades que estén a la altura del desafío.
Pablo Cruz Rivera, Candidato a Consejero Regional por las comunas de Tierra Amarilla, Copiapó y Caldera.