Una agradable mañana recibió a miles de familias la mañana de este viernes 2 de febrero, para participar en la Bendición de los niños, tradicional liturgia de la fiesta de La Candelaria.
Para acoger a las niñas y niños que llegaban al santuario, la Vicaría de Educación preparó un espacio al costado del patio, donde podían pintar y sacarse fotos con un cuadro selfie. Además, hubo animación con cantos y bailes para los más pequeños.
En la liturgia niños de los bailes religiosos representaron el hallazgo de la imagen de La Candelaria. También fueron niños los encargados de orar por las distintas intenciones, principalmente por las niñas y niños que viven dificultades y vulnerabilidad, por las familias y por los amigos. También se compartió el hermoso testimonio de una niña que dio las gracias a la Virgen por la recuperación de su hermanito, cuya foto mostró desde el altar, antes de ofrecer, junto a su madre, un ramo de flores a la imagen de La Candelaria.
El p. Enrique Balzán, que presidió la bendición, les dijo a los niños que “Jesús nos dio a su mamá como nuestra mamá, por eso decimos que es nuestra madre”.
Último día de novena en el Santuario
Un llamado a la formación hizo el obispo de Copiapó en su catequesis, leída por el p. Enrique. “No importa la edad, todos requerimos de momentos o períodos en que podamos ir actualizando, profundizando o aprendiendo nuevas cosas”, dijo. Constató que instancias de formación ofrecidas por la diócesis no tienen buena convocatoria, y aunque reconoció que a veces el trabajo o el cansancio no dejan lugar a participar de estas, “esto no nos puede impedir, por ejemplo, tomar una Biblia con buenos comentarios y leer el Evangelio del día con sus comentarios respectivos”.
Terminó invitando especialmente a quienes tienen alguna responsabilidad en la Iglesia, catequistas, agentes pastorales, integrantes de bailes religiosos, a “que no dejen de formarse, de prepararse para los desafíos que tenemos como Iglesia, hoy son muchos los medios con los que contamos para dar razón de nuestra fe”.
Más tarde, en la misa, el p. Enrique comentó el evangelio señalando que “celebramos a Jesús que es luz, y a quien trajo la luz, su madre María”. Advirtió que “el evangelio puede ser signo de contradicción aún hoy” y llamó a discernir “dónde tenemos que seguir lo que nos propone el mundo y donde tenemos que ser proféticos. Si Jesús era signo de contradicción, nosotros también” concluyó.