Con una solemne Eucaristía y posterior procesión, este domingo de Corpus Christi, el obispo de Copiapó celebró esta solemnidad en el templo catedral. En su homilía destacó la importancia de la Eucaristía en la vida de la Iglesia, y cómo ella se convertía en “la fuerza para el camino de cada creyente”. Expresó que «el Cuerpo de Cristo nos enseña a que en la Iglesia debemos ser siempre pan partido y compartido para los demás, nunca encerrados en nosotros mismos, sino siempre hermanos sentados en la misma mesa, invitados a compartir el Pan de Vida, que es el mismo Señor».
En la Eucaristía especialmente se oró por los gobernantes, legisladores y jueces, para que siempre en Chile se respete el derecho a la vida, especialmente de los más vulnerables, sobre todo en aquellos que no pueden defenderse en los vientres de sus madres. Se pidió porque en Chile “respetemos toda vida humana desde su concepción hasta su muerte natural”.
Finalmente, el obispo invitó a todos los asistentes a «confiar en que el Señor no nos abandona, se queda con nosotros en cada sagrario de la tierra, y nos espera para alimentar nuestra de vida de peregrinos, con esa paz, consuelo y esperanza, que sólo él puede dar». La procesión terminó con un momento de adoración eucarística en los atrios del templo catedral.
