Santuario celebra el encuentro de la Virgen con las y los trabajadores

La misa vespertina fue presidida por el vicario general, p. Enrique Balzán, acompañado del obispo emérito, Mons. Gaspar Quintana y el p. Rafael Domínguez sscc.

El p. Enrique puso acento en que “la sociedad nos vuelve individualista, pero cuando la palabra de Jesús llega a nosotros y la dejamos entrar, nos transforma en servidores”. Dijo que “Jesús también nos enseña lo importante de hacernos el tiempo para estar a solas con el Señor para descubrirnos a la luz de Jesús” y finalizó deseando que “estos días de fiesta celebremos a María, la Madre de Jesús, que también nos enseña a estar en intimidad con Jesús”.

Encuentro con los trabajadores

Esta liturgia tan propia de la Fiesta de La Candelaria se celebró, como siempre, con la imagen histórica de La Candelaria custodiada por mineros, y fue presidida por el p. Guido Castagna, a cargo de la pastoral de los trabajadores. El mensaje del padre Guido comenzó rezando por todos los trabajadores y trabajadoras, agregando que “el trabajo de cada uno es la continuación del trabajo de Dios y hay que hacerlo con el criterio de Dios”.

Haciendo alusión al evangelio, dijo que “todo tenemos talentos y no para enterrarlos, sino para compartirlos y enriquecer la vida de los otros”. Hizo la invitación a vivir la vida de manera humana, “con leyes que favorezcan la dignidad del trabajo, poniendo al centro la persona”. Terminó su mensaje pidiendo “trabajo y salario digno y justo; que no haya diferencia entre hombre y mujer, entre nacionalidades, equilibrio entre trabajo y descanso, justicia con la persona, porque toda injusticia es un atropello a la dignidad humana”, dijo al terminar. Luego un grupo de trabajadores de distintos ámbitos ofrecieron al altar sus implementos de trabajo.

La celebración continuó con la oración por gobernantes y empresarios; por los trabajadores de la región, sobre todo por los de trabajos de alto riesgo; por condiciones justas y dignas para todos; por las mujeres trabajadoras; por los trabajadores migrantes; por los mineros fallecidos, especialmente los que murieron en faenas. Se rezó también por los bomberos, rescatistas, carabineros y personal de las Fuerzas Armadas y voluntarios que enfrentan los incendios en la región de Valparaíso. Por quienes perdieron familiares, amigos, sus hogares. Después se bendijeron las manos de las peregrinas y peregrinos reunidos en el patio del Santuario.

La parte final incluyó una canción del cantautor copiapino René Olivares, interpretado por el coro Cantares del Pretil.

Al final se anunció el inicio de una campaña de ayuda para los damnificados de los incendios de Valparaíso. Se instalaron dos alcancías en el Santuario, para que los peregrinos puedan sumarse a esta campaña, destinada a la respuesta a la emergencia. Así culminó este tradicional encuentro de la Virgen con el mundo del trabajo.

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