Copayapu: Una historia controversial

Desde la etimología de su nombre hasta el descubrimiento del mineral de Chañarcillo, pasando por su fundación, Copiapó y su valle tienen en su historia controversias insalvables que lejos de volverlo algo ambiguo y confuso, le confieren un atractivo, no sólo turístico sino que también histórico y cultural.

Los historiadores aún no se ponen de acuerdo sobre su nombre y buscan sus raíces en la lengua quechua, aymara y kunza y surgen aproximaciones como “vega verde”, “sementera de turquesas”, por la abundancia de este mineral, “copa de oro” y otros, aunque este último cada día pierde la vigencia que lo caracterizó en tiempos pretéritos.

Con la llegada al valle del español Diego de Almagro, el 21 de marzo de 1536, sorteando la Cordillera de Los Andes a través de lo que hoy es el Paso Come Caballo hasta llegar a Chiliguin (sector Iglesia Colorada) comienza la conquista de Chile, encabezada luego por el adelantado Pedro de Valdivia.

Las opiniones entre estudiosos del tema difieren, pues algunos señalan que Pedro de Valdivia llegó a Chile siguiendo la misma ruta que Almagro, pero otros indican que arribó al valle por el desierto de atacama siguiendo el Qhapaq Ñan (Camino del Inca).

El 26 de octubre de 1540, Pedro de Valdivia toma posesión del valle en nombre del Rey de España en el sector conocido como Chamonate, aunque el historiador Oriel Alvarez Gómez, autor del libro “Atacama de Plata”, señala que bien pudo ser en el sector Ojancos, zona aledaña al Puente de La Paz.

En Chamonate, en un bosque que antes fue un jardín botánico diseñado por doña Candelaria Goyenechea Sierra, madre del caudillo Pedro León Gallo, que encabezo la Revolución Constituyente de 1859, se conmemora el acontecimiento. (En el sector está vigente la Ruta Turística Copayapu). Allí Valdivia ordena formar a la tropa vistiendo sus mejores galas e izando el pabellón de España, realiza una misa reclamando para su Rey el territorio que denominó “Valle de la Posesión”, y luego continúa su viaje el sur donde fundaría la capital del reino: Santiago de la Nueva Extremadura.

En 1548 el capitán Juan Bohon levanta el Fuerte Copiapó al interior del valle, en el sector Hornitos, cerca de Los Loros, sin embargo, la fortaleza es atacada por los diaguitas que la incendian y ahorcan Bohon y a los españoles sobrevivientes.

Ante este hecho y con la finalidad de “pacificar” el territorio y aplastar la revuelta diaguita, arriba al valle en 1549 el Capitán Francisco de Aguirre que mata a cuanto indígena se le cruza por delante diezmando, hasta casi desaparecer, su población.

Algunos expertos en el tema indican que en 1742 el Gobernador del Reino, José Antonio Manso de Velasco, fundó oficialmente la villa con el nombre de San Francisco de la Selva de Copiapó motivado porque ordenanzas de ese tiempo indicaban que los españoles diseminados en los campos debían vivir en ciudades. Así, al poblado preexistente aplicó el modelo de ciudad en damero ya empleado en localidades de España.

Por su parte, el Profesor de Estado en Historia y Geografía, Lincoyán Montiel Varas, en “Reseña Histórica de Copiapó”, estipula que Copiapó se fundó el 08 de diciembre de 1744 con el nombre de Villa San Francisco de la Selva de Copiapó por orden de su Corregidor, Francisco Cortés y Cartavío y Roldán, en el lugar donde hoy está ubicada la Alameda y la Iglesia San Francisco.

Con respecto a su nombre, el Director del Museo Regional y Doctor en Historia, Guillermo Rivera Lutz, dice que el nombre real fue San francisco de Copiapó de la Selva.

El historiógrafo, Danilo Octavio Bruna, en el informativo de turismo “Cactus” (N°1- Mayo 2007) señala que cuando se fundó la villa “ya existía un poblado de unos 2 mil habitantes, cuyas casas estaban dispersas en el sector denominado “La Chimba”, caracterizado por la fertilidad del suelo. El estrecho valle estaba cubierto por enmarañada vegetación nativa, compuesta por chañares, algarrobos, espinos, sauces blancos y arbustos diversos”.

“La población aborigen -agrega-, había sido exterminada en gran medida por el conquistador, Francisco de Aguirre, a tal extremo que el proceso de colonización fue lento y exigió traer aborígenes de otras zonas para repoblar el Valle”.

“El diseño de la ciudad -continúa-, corresponde al diseño típico fundacional español de trazado en damero, es decir, semejante al tablero de ajedrez, en el que la plaza es un espacio libre en torno a la cual se construía la capilla, la cárcel, la casa del cabildo y de los súbditos con títulos y cargos de representación real. Al centro de la plaza alzaban un poste para atar y castigar a los delincuentes”.

El descubrimiento del Mineral de Chañarcillo (1832), que convirtió a Copiapó y la zona en un atractivo polo de desarrollo y progreso  de la época y Alvarez Gómez destaca indicando que puso en movimiento y sostuvo la economía de la naciente república chilena, se atribuye al pastor de cabras y cateador Juan Godoy, no obstante, algunos historiadores manifiestan que fue su madre, Flora Normilla, quien le indicó que había descubierto en el desierto una “gran cabeza de plata” y que suponía se trataba de un enorme yacimiento de ese mineral.

Juan Godoy, encaminado por las señales entregadas por su progenitora recorrió el desierto y, tal como lo había pronosticado su madre, “descubrió” el más grande filón de plata conocido a la fecha, pero esta ya es otra historia.

Copayapu, Vega Verde o Copa de Oro, que hoy cumple 276 años de su fundación, seguirá cruzado por la controversia que, finalmente, llevan al misterio, a la seducción y al atractivo donde la leyenda del “Tololo Pampa”, “El Alicanto” y “El Hombre de Blanco”, indica la riqueza del filón y de su tierra.//

Jorge Eduardo Oporto Marin. Periodista

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