La Dra. Paulina Veas García, directora de la Escuela de Educación de la Universidad Católica del Norte sede Coquimbo, analiza la situación de las y los niños, y entrega recomendaciones para su cuidado emocional.
La apertura del Palacio Cerro Castillo para recibir a niños y niñas damnificadas por incendios forestales va acompañada de un gran operativo que cuenta con el apoyo de monitores y actividades que dispondrá la Junaeb, la Fundación Integra, Junji, el Instituto Nacional de Deportes y las municipalidades involucradas. La medida del Presidente Gabriel Boric, apunta a apoyar a quienes junto con perder todo, enfrentan una situación de trauma por estos episodios.
Esta tragedia generó muchas necesidades a las cuales dar respuestas y una de ellas es la educación, ya que siete establecimientos educacionales de la Región de Valparaíso sufrieron daños debido a los incendios forestales, según el último reporte publicado el pasado lunes por el Ministerio de Educación. Se trata de establecimientos de dependencia municipal, a los que asistían 1.056 niños, niñas y adolescentes, quienes lo más probable es que deban ser reubicados para continuar sus estudios en el mes de marzo.
La Dra. Paulina Veas, directora de la Escuela de Educación de la UCN resaltó que un desastre como el que se ha vivido puede provocar diversas reacciones en niños, niñas y jóvenes; entre ellas traumas y estrés, y esto se demuestra a través del miedo, insomnio y ansiedad, entre otros, porque las catástrofes provocan en niños y niñas incertidumbre y esto les afecta emocionalmente.
La académica señala que para ayudarlos a enfrentar y superar esta tragedia es necesario generar apoyos como:
– Escuchar sus inquietudes y temores, pues es necesario tener presente que todos se expresan de manera diferente.
– Permitir que se expresen, aunque repitan muchas veces las mismas cosas, esto les permite procesar la información.
– Dar seguridad a pesar de los propios temores y asegurarles que se saldrá adelante.
– Reconocer y valorar el apoyo que brindan las demás personas.
– Estar atentos a las manifestaciones de estrés y ansiedad; no juzgar.
– Propiciar rutinas a pesar de las dificultades esto genera tranquilidad y cierta seguridad.
DESASTRES NATURALES
En la misma línea, académicas de la Escuela de Educación UCN explican que, en el contexto de cuidado de niños y niñas enfrentados a desastres naturales, de acuerdo en orientaciones del Centers for Disease Control and Prevention de Estados Unidos, el número de niños y niñas afectados por desastres naturales cada año es alarmantemente alto y se puede esperar que aumente a medida que continúe el cambio climático.
Ante esta situación la Dra. Paulina Veas García explicó que el estrés mental causado por un desastre puede ser más duro para los niños y niñas porque entienden menos sobre la situación, se sienten menos capaz de controlar los acontecimientos y tienen menos experiencia para afrontar situaciones difíciles.
Agrega que la ayuda que pueden darles sus padres o cuidadores (as) para afrontar esta situación se podrían enfocar en:
- Ofrezca a sus hijos e hijas oportunidades para hablar sobre lo que pasaron o lo que piensan al respecto.
- Permita que sus hijos e hijas estén con usted o con otro adulto de confianza que pueda ayudarlos a sentirse seguros, tranquilos, conectados y darles una sensación de esperanza.
- Limite la exposición a la cobertura de los medios de comunicación sobre el desastre y sus consecuencias. Los niños y niñas que estuvieron directamente expuestos a un desastre pueden volver a enojarse si ven o escuchan recordatorios de lo sucedido.
- Anime a sus hijos e hijas a tomar medidas directamente relacionadas con el desastre. Esto puede ayudarlos a recuperar la sensación de control y controlar sus sentimientos. Por ejemplo, las y los niños pueden ayudar a otros después de un desastre, incluido el voluntariado para ayudar a miembros de la comunidad o de la familia en un entorno seguro.
- Los niños y niñas, especialmente los más pequeños, NO deben participar en actividades de limpieza de desastres.
• Trabaje con maestros y otros adultos que vean a sus hijos e hijas en diferentes situaciones para compartir información sobre cómo cada niño y niña se las arregla.