Licor típico de nuestro valle se impuso por sobre varios piscos nacionales elaborados de manera industrial y con la más alta tecnología.
Un importante premio a nivel nacional obtuvo recientemente un pisco elaborado de manera absolutamente artesanal, en la localidad de El Tránsito, comuna de Alto del Carmen. Se trata del pisco Don Gudelio – Arlet, de 35 grados, el cual participó en la 25° versión del certamen Catad’or Wine Awards, y que año a año pone en exhaustiva evaluación a distintos licores, tanto vinos como piscos, provenientes de distintas partes de América Latina.
El jurado Catad’Or se compone de un panel mixto de profesionales extranjeros y nacionales relacionados al sector del vino, conformado por enólogos, prensa especializada, sommeliers y otros, quienes en la versión 2020 del certamen, dirimieron que en la categoría de piscos nacionales la medalla de plata debía ser otorgada al pisco Don Gudelio – Arlet, proveniente de una pequeña planta productora artesanal ubicada en El Tránsito.
“Para nosotros es muy importante porque se valora todo el esfuerzo, por años, como familia emprendedora” señaló muy emocionado el productor de este pisco, Gudelio Ramírez Ibarbe, agregando además que “el nombre de este producto se debe a una de nuestras hijas, que son parte de este pequeño emprendimiento; Arlet, Violeta y Yéssica mi esposa, y este premio se lo dedicamos a toda la gente de nuestro querido valle, ya que muchos de ellos son pequeños productores que nos abastecen con sus uvas Premium”
Cabe destacar que la producción de la familia Ramírez-Fritis se hace íntegramente a mano, de manera absolutamente artesanal en el propio hogar del grupo familiar, en donde incluso los abuelos apoyan en las tareas de envasado y etiquetado de cada botella. Es también muy relevante señalar que sólo este año los Ramírez-Fritis debieron soportar los efectos de un violento aluvión que azotó la localidad, el cual acarreó severos daños tanto a las vides plantadas en su predio como en la planta productora de pisco, incluso en la vivienda familiar.
Por eso, que esta medalla de plata es, sin duda alguna, el justo reconocimiento a tantos años de esfuerzo de un emprendimiento familiar, en una comuna rural y en donde, pese a la lejanía y a las dificultades de conectividad, se logra posicionar un producto de primera calidad, reconocido ya a nivel internacional.