El gasto surge debido a que la chinchilla está considerada como un roedor en peligro de extensión, y el problema mayor es que hay 25 en una montaña con 3,5 millones de onzas de oro extraíble.
Los trabajos para trasladar esta especie en la región de Antofagasta deben transportar a la especie a mínimo cinco kilómetros del yacimiento. Los trabajos comenzaron en agosto, y tiene como misión principal proteger al espécimen que se creía extinto.
Luis Ortega, chileno encargado de la misión, explicó que se deben capturar las chinchillas y llevar a un territorio que, según estudios, fue parte del territorio del roedor.
“De acuerdo con el proceso aprobado por el gobierno, se deben realizar dos intentos de capturar especímenes en cada área rocosa, cada uno con una duración de 10 días” dijo Ortega, que explica ante una eventual falla en intentos, debe suspenderse la actividad de captura por 20 días inmediatamente.
