Celebran Caminata solidaria en Vallenar

En el marco de un hermoso paisaje, poco más treinta jóvenes desarrollaron la “Caminata Solidaria” desde la ciudad de Vallenar hasta la localidad de Chañar Blanco.

EL pasado sábado 17 de agosto se reunieron jóvenes de las parroquias Santa Rosa de Lima de Freirina y Santa Cruz de Vallenar, en la sede parroquial de esta última. Comenzaron compartiendo un fraterno desayuno. Enseguida hicieron un momento de inducción física para preparar el camino al exigente recorrido de doce kms. Este fue conducido por un profesor de educación física.

Posteriormente se desplazaron hasta el punto de inicio, que es la sede vecinal del sector Cuatro Palomas. Allí comenzaron la caminata cerro arriba con un momento de oración por las vocaciones religiosas, asunto crucial para la vida de la iglesia actualmente.

Durante el recorrido se desarrollaron las catorce estaciones del Vía Crucis, reflexionando cada estación desde la perspectiva de los dolores que viven los jóvenes y cómo son un llamado para encontrarse con el Señor.

La hermana María González, asesora de la Pastoral Juvenil de Freirina, valoró la respuesta de los jóvenes dado que no era solo una actividad al aire libre sino porque fue momento de oración. Esto fue una manera de unirse al año dedicado a ella.

Al llegar a la localidad Chañar Blanco tras un generoso preparado por la comunidad cristiana de la Parroquia Santa Cruz, se celebró la eucaristía, presidida por el párroco de la localidad, p. Mauricio Arancibia Portilla. él manifestó la alegría eclesial por esta experiencia de cómo los jóvenes se encuentran en torno a su fe, lo cual cobra especial relevancia por la sinodalidad interparroquial como una concreción de la opción diocesana por los jóvenes. El sacerdote, al culminar la eucaristía, obsequió y colocó el escapulario de la Virgen del Carmen, a la cual está dedicada la antiquísima capilla de la citada localidad.

Al terminar la eucaristía terminaron con una abundante chocolatada y once, que fue preparada por los apoderados de los anfitriones vallenarinos. Fue un momento de mucho coloquio y entusiasmo para los participantes y para la comunidad local.

Ambas comunidades juveniles anhelan volver a encontrarse para celebrar nuevamente este momento de fe, que es un signo claro de la acción del Espíritu.

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