En un emotivo y significativo gesto de solidaridad, el Club de Leones local entregó una silla de ruedas eléctrica a don Pedro Villegas, vecino de la zona que vive solo y enfrenta diariamente las dificultades derivadas de su movilidad reducida.
La entrega se realizó en su domicilio, donde directivos y socios del club, junto a su actual presidenta, Berta Torres, compartieron un conmovedor momento que reflejó el verdadero espíritu de servicio que ha caracterizado a esta organización por décadas.
“Para mí esto es una bendición de Dios”, expresó emocionado don Pedro al recibir la silla. “No podía salir con la que tenía antes, ya estaba en muy mal estado. Ahora podré ir al médico, hacer mis compras, salir a conversar con la gente… Estoy feliz”.
La gestión fue impulsada por la directiva del club, destacando el compromiso del expresidente Emilio, quien lideró las gestiones iniciales, y de Eduardo Salazar, actual secretario, responsable de la búsqueda y adquisición del equipo en Santiago. La unidad fue trasladada hasta la localidad, representando no solo una mejora en su calidad de vida, sino también un gesto de profunda humanidad.
“Nuestro propósito es estar donde hay una necesidad”, sostuvo Berta Torres, quien recientemente asumió la presidencia del club. “Don Pedro tiene aún muchas capacidades y una gran disposición para seguir aportando. Solo necesitaba una herramienta que le permitiera seguir adelante”.
Durante la visita, los integrantes del club destacaron otras acciones que realizan de manera permanente en la comunidad, como apoyo a niños con cáncer, asistencia a personas con diabetes, entrega de alimentos y campañas de reciclaje de lentes ópticos para personas de escasos recursos.
Por su parte, Marcelo Sepúlveda, encargado de comunicaciones del Club de Leones, subrayó: “Cada león aportó con su ingenio y esfuerzo. Esta silla es el reflejo de un trabajo en equipo, hecho con amor y convicción”.
Hoy, don Pedro no solo cuenta con una nueva silla eléctrica que le permitirá recuperar su autonomía, sino también con el respaldo de una comunidad que lo valora y acompaña. Incluso, como él mismo relató entre risas, ya hay un nuevo “león” que se ha apropiado del asiento: su gato, fiel compañero que ahora lo observa desde su nuevo lugar favorito.
