Cosmologías, tradiciones y mitos ancestrales; cocina popular traspasada durante décadas y de generación en generación, y homenajes póstumos a artistas locales que partieron sin reconocimientos oficiales. La ciudad como un leitmotiv artístico, y sus rincones como escenarios biográficos y para la experimentación, impulsan a los 15 proyectos de la primera versión del programa Territorios Creativos, presentado por Fundación Teatro a Mil junto a su Consejo Asesor y diversos socios regionales.
La crisis del Covid-19 impactó profundamente al sector de la cultura a nivel nacional. Artistas y compañías vieron mermados sus trabajos, y centros culturales y teatros de todo Chile cerraron sus puertas. En un esfuerzo mancomunado de descentralización y colaboración en la reactivación del gremio artístico de las 15 regiones del país en pleno desconfinamiento, el programa apoya la creación y producción de 15 espectáculos, uno por región, y que surgieron de una curatoría colectiva y local durante los últimos 5 meses.
El proceso se dio en el marco de un trabajo colaborativo: hubo diálogos territoriales con curadores y representantes locales de cada una de las regiones, de los que además participaron los tres miembros del Consejo Asesor de Fundación Teatro a Mil; integrado por Claudia Echenique, Elizabeth Rodríguez y Francisco Albornoz. ¿Qué imaginas cuando piensas en tu territorio?, ¿qué lo define o identifica, cuál es su sello y qué representa para su comunidad? ¿Qué artistas locales podrían contar esas historias? Fueron algunas de las preguntas que abrieron las primeras mesas de diálogo en torno a Territorios Creativos.
Tras meses de diálogos y encuentros vía Zoom, las conclusiones se proyectan en 15 espectáculos que verán la luz para la próxima versión del Festival Teatro a Mil, que va del 3 al 24 de enero y es presentado por Fundación Teatro a Mil y Escondida | BHP, acogido a la Ley de Donaciones Culturales y que cuenta con el apoyo del Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio.
“Territorios Creativos es una experiencia necesaria y urgente”, apunta Carmen Romero, Directora General de Fundación Teatro a Mil. “Desde el centro hemos podido calibrar cuánto perdemos al no integrarnos más creativa y colaborativamente como una nación rica y diversa. En esta oportunidad hemos querido ir más allá y estar en todo Chile y sus 15 regiones a través de los ojos de sus propios creadores. Queremos que ellos nos acompañen y muestren también cómo hacerlo, y Volver a encontrarnos”.
En una primera etapa de diálogos territoriales, iniciada el 20 de julio pasado, en plena pandemia en todo el mundo, se sostuvieron una serie de encuentros vía Zoom con más de 80 organizaciones provenientes de todo Chile, con quienes se abrió un proceso colaborativo para encontrar conjuntamente, a través de un diálogo creativo, el proyecto que formará parte del programa. Durante todo el proceso y hasta hoy, cuando los proyectos se encuentran en ejecución, cada artista y compañía ha contado con el apoyo de una mentoría artística con destacados y destacadas artistas nacionales e internacionales, recursos para la puesta en escena y un acompañamiento técnico liderado por Espacio Checoeslovaquia.
“Tratamos que el proceso de curatoría de este proyecto fuese lo más abierto posible, donde fueran las mismas regiones quienes nos dijeran cómo estaban, cómo veían la creación desde sus propias perspectivas y territorios, y pudiéramos a través de ellos encontrar esos proyectos que ingresaran al programa. No queríamos abrir una convocatoria ni un concurso. Queríamos escuchar a quienes saben y trabajan, viven y están en los territorios”, comenta Luisa Tupper, Coordinadora de Circulación de Fundación Teatro a Mil y una de las impulsoras de Territorios Creativos.
“Respecto a las temáticas e influencias, ha sido fundamental la relevancia que se le ha dado a los procesos creativos, en circunstancias en que todos sabemos que es un contexto adverso para la creación. Hay regiones en distintas fases de desconfinamiento, y grupos que no se han podido juntar y lo están resolviendo, otros que han tenido repensar sus proyectos y replantearlos acorde al contexto, todos enriquecidos por mentorías artísticas, que han permitido abrir diálogos con destacados artistas chilenos y extranjeros”, agrega.
15 PINCELADAS DE CHILE
“Mondongo” significa “guata” en bantú, y los platos que se preparan a partir de este ingrediente nacieron con la llegada de los afrodescendientes a Arica. En La Olla, espectáculo desarrollado en la Región de Arica y Parinacota por el Núcleo de creación Arica compuesto por Paula Gallardo, Jaime Escobar, Pablo Domínguez y Fernando Montanares, la danza afro, el circo-teatro, la música y la dramaturgia se reúnen alrededor de una gran cacerola en la que se preparará la tradicional receta y se presentará en la ciudad del Morro en enero próximo.
Desde Tarapacá asoma Khuyay (Amor, amada, amar), de la Compañía La Viola Fénix, que dirige Guillermo Ward. Tomando como base el poemario Coronación de Tarapacá, de la fallecida poeta y dramaturga iquiqueña Iris Di Caro, sus versos dedicados al Norte Grande se entrelazan con las artes escénicas y audiovisuales, en un espectáculo que combina el teatro de sombras chinescas y muñecos. El espectáculo cuenta con la mentoría artística de Juan Carlos Zagal, de la compañía TeatroCinema.
Almagesto, la luz de las estrellas, lleva por título el proyecto que emerge desde la Región de Antofagasta de la mano de la directora Pamela Menesss. Protagonizada por Paola Lattus, Viannis Díaz y Denise Juárez, y con mentoría de la artista brasileña Christiane Jatahy, esta obra compuesta por tres monólogos narra las historias de tres mujeres unidas desde su nacimiento por la luz de una estrella fugaz.
Otros dos cuerpos de mujeres se encuentran en el desierto y en La pieza, espectáculo de danza de la región de Atacama. A cargo del colectivo Movimiento en paralelo y dirección de Hernán Meléndez, de Copiapó, cuenta además con la mentoría de la coreógrafa y artista visual uruguaya Tamara Cubas.
Cinco creadores de diversas disciplinas y oficios, que van de la performance y la danza a diseñadores escénicos, fueron invitados a pensar y explorar la conducta humana, la relación del cuerpo con el espacio público, a partir de la metáfora de la escalera. Dicho cruce de miradas y técnicas da impulso a Laboratorio Escénico de Movimiento Descascarades, propuesta de danza contemporánea desde la Región de Coquimbo y La Serena, a cargo de Fernando Rioseco, Daniela Reinoso, Natalia Lillo, Sandra Acevedo, Marcelo Palma.
Mapping, fuego y cuerpo dan vida a Techo, intervención que se tomará e iluminará durante 24 horas las azoteas de la histórica Maestranza Barón de Valparaíso. Dirigida por Stefany Duarte, la propuesta propone un trabajo colectivo, multidisciplinar y que incorpora la perspectiva de descentralización en un espectáculo que mezcla lo performativo y el teatro a distancia con un happening lumínico en uno de los puntos más simbólicos del puerto y capital de la V Región.
Un viaje por el mágico mundo de la niñez. Eso es Emanes, de Elian Maffioly y Felipe Espinoza, propuesta oriunda de la Región de O’Higgins en que el circo contemporáneo baja del escenario para ser proyectado a través de una dramaturgia narrativa híbrida y fragmentada en ocho cápsulas audiovisuales de 4 minutos de duración. Juntas, narran los encantos y la travesía de Isamar por mundos oníricos habitados por histriónicos personajes y cuerpos virtuosos del circo y la danza. Basada en hechos reales, su puesta en escena y proceso creativo han sido supervisados además por el cineasta argentino Alejo Moguillansky, como mentor artístico.
Cómo contar una historia sobre la cuerda floja; el riesgo y las pruebas a superar que implica el desafío del cuerpo, aplicados a las desventuras de su protagonista. De eso y mucho más se trata El ogrito, espectáculo familiar pensado para espacio público de la compañía maulina Pat’Coté, dirigida por María José Rivara. El ogrito y su mamá viven en una cabaña en medio del bosque, alejados de la convivencia con los demás. El pequeño cumplió 6 años y es momento de ir a la escuela, pero pronto cae en cuenta de lo mucho que le costará encajar entre sus compañeros.
En mapudungun, Ñuble quiere decir «río de corriente angosta y obstaculizada». Las tres provincias de dicha región, todas cruzadas por el río del mismo nombre, albergan aspectos identitarios, ancestrales y contemporáneos que definen a quienes nacieron, se criaron e hicieron siempre sus vidas en Chillán y sus alrededores, en la XVI Región del país. Ese retrato identitario se plasma en De Saberes, de Luces y de Sombras, de Soraya Sepúlveda, las compañías Circo en el Aire, César Parra y Títeres Vagabundos.
La compañía Lokas Juanas de Concepción, que integran Juanita Paz y Cristian Reinas, está detrás de CO Relaciones, puesta en escena que llevará elementos de la instalación visual, la danza contemporánea, la performance, el diseño sonoro y la música a espacios públicos de la Región del Biobío, para indagar a través del cuerpo y la imagen en los conceptos de ausencia y presencia en el plano de las relaciones.
Andy vive en la ciudad es invitado a pasar sus vacaciones en casa de su abuelo, que vive solo en el campo. Con ayuda de la tecnología y mucha imaginación, hará un viaje al espacio que lo llevará a conectarse con su abuelo y la cosmovisión de distintos pueblos originarios en el contexto del eclipse total que el 14 de diciembre próximo cubrirá y podrá ser visto en toda la Región de las Araucanía. Así arranca Campo de Estrellas, espectáculo de la compañía Contratiempo dirigida por Pablo Navarrete, que toma elementos de la cultura de los pueblos originarios de la zona y los pone al servicio de una historia narrada con teatro de sombras y recursos virtuales.
Fatamorgana es una obra instalación, que conjuga danza, video mapping y proyección en tiempo real, que indaga imaginarios a partir del agua, en sus diversas formas y presencias, inspiradas en el territorio húmedo del sur de Chile. Acargo de la bailarina Patricia Campos y el artista Francisco Ríos, es una invitación a conectarse al sentido y valoración del patrimonio natural.
Con mentoría artística del director argentino Fernando Rubio, Karin Encina, Cristian Igor y Jonathan Alvarado, artistas de la Región de los Lagos y del Colectivo Nominados preparan Retazos: cartografía sensible del sur, una intervención en espacio público que integrará danza y títeres. La propuesta reflexiona en torno a la invisibilidad de los pueblos ancestrales en dicho territorio y en algunas de sus tradiciones, como su vínculo con el fuego: “Hoy en día, en nuestro territorio Sur Austral, como en todo el territorio nacional, han emergido diálogos subterráneos, con toda su fuerza, visibilizando narrativas morales provenientes de occidente en torno al amor, la culpa y el pecado, donde se esconde el orden político patriarcal instaurado desde la colonización”, escriben sus creadores.
“No me quiero bañar”, alega el pequeño protagonista de Cantando bajo la ducha, espectáculo de la compañía Ramillete Clown de Aysén que sacará a la calle una mezcla de técnica clown y música para intervenir el espacio público. Con mentoría artística de Maurice Durozier, del Théâtre du Soleil, la pieza fundirá diversos ritmos populares y textos que llaman a la concientización sobre el medio ambiente, las emociones y la salud mental.
Los chilotes fueron los primeros en migrar a la Región de Magallanes. Sus costumbres culinarias, y en particular de las que cultivan los habitantes del barrio 18 de septiembre –La 18–, la histórica población fundada en 1956 hacia el sur de Punta Arenas, son el motor de Deriva de cazuela con luche, creación colectiva y multidisciplinar, un ejercicio de memoria a cargo de Alfredo Agüero, Jaime Almonacid, Victor Hernández, Fernando Alarcón, Miguel Cáceres, Aymara Zegers, con mentoría del director español Roger Bernat.
“El programa Territorios Creativos supone varios cambios profundos en el modo en que se articulan las artes escénicas en Chile”, apunta Francisco Albornoz, miembro del Consejo Asesor de Fundación Teatro a Mil y quien ha participado y seguido de cerca el proceso y desarrollo del programa:
“Primero, por su extensión, al abarcar al territorio de norte a sur. Segundo, por su horizontalidad. Tercero, porque abre una alternativa real y concreta a la lógica capitalista de los “concursos”. Por último, es un ejercicio enorme de diálogo y solidaridad. Las etiquetas tradicionales de teatro, danza o música, quedan cada vez más obsoletas y nos reconocemos como parte de una comunidad de las artes vivas”.