Claudia Narbona Castillo, Académica de Nutrición y Dietética, UCEN
La Leptospirosis, también conocida como enfermedad de Weil, es una infección bacteriana ocasionada por una especie de organismo, la Leptospira, que puede infectar a los animales domésticos y salvajes. Las bacterias se excretan en la orina del animal y pueden sobrevivir en el suelo o agua durante semanas o meses.
Las vías de contagio se producen al beber o tener contacto con agua, en zonas que han sido contaminados por orina o líquidos corporales de animales infectados o bien aguas estancadas. Esta enfermedad es bastante mortal, ya que ataca los riñones, el hígado, cerebro, los pulmones y el corazón. Sus síntomas son fiebre, dolor de cabeza, mialgia (en particular en el músculo de la pantorrilla), infección conjuntival, ictericia.
Se han registrado bastantes brotes en varios países de América Latina, incluido Chile, en donde en la mayoría de los casos, se han presentado síntomas severos, haciendo que la mortalidad de esta enfermedad sea mayor al 10 %.
¿Por qué es importante entonces, poner atención a esta bacteria en los alimentos? Nosotros realizamos bastantes acciones de malas prácticas higiénicas, las cuales ponen en peligro nuestra salud, en múltiples ocasiones.
Por ejemplo, cuando compramos bebidas en lata, sobre todo de locales de barrio, rotiserías, almacenes, o incluso en supermercados, las latas no las higienizamos antes de ponerla en contacto directo con nuestra boca, sin considerar que durante la noche, es totalmente posible, que estos roedores, caminen y orinen sobre las latas, dejando la Leptospira sobre la superficie de esta. Podemos higienizar nuestra lata, antes de abrirla, pulverizándola con alcohol líquido y secando la superficie con un papel limpio.
Lo mismo puede suceder con productos como verduras, que crecen a ras de suelo o bajo suelo, que pueden ser regadas con agua de canal, donde puede estar presente dicha bacteria. Por lo mismo es que la recomendación es que si adquiere productos en ferias locales, estas las higienice adecuadamente antes de consumirlas, sumergiéndolas en agua con cloro por unos 3 minutos.
Si va acampar, lo recomendable, es que no acumule basura, que pueda atraer a los ratones y siempre lave sus manos después de manipular elementos que pudiesen haber estado en contacto con tierra o agua, que podrían estar contaminados con orina de ratón. Por lo tanto, si mejoramos nuestras prácticas higiénicas, estaremos salvaguardando nuestra salud y la de toda nuestra familia.