Casi 33 mil millones de pesos invirtió la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) para restituir tierras en 2023 a través del artículo 20, letra B, de la Ley Indígena. Nueve comunidades fueron beneficiadas. Sin embargo, hubo una de ellas que concentró un 28% del total de lo invertido: la Comunidad Mapuche Antonio Peñeipil Cuel Ñielol, de la comuna de Galvarino, a quienes les entregaron 1.126,67 hectáreas. Una compra que según la propia Conadi constituye “uno de los procesos de restitución más grandes que se han realizado en la historia”, y que implicó una inversión de casi 9.300 millones de pesos.
No obstante, en torno a esta comunidad y al terreno que les fue entregado se teje una larga historia de violencia. Según Conadi, la comunidad inició su solicitud en septiembre de 2008 y, exactamente, un año después ocurrió el primero de muchos atentados en el ahora ex Fundo El Porvenir, ubicado en el camino que une las comunas de Lautaro y Galvarino.
A eso se suma que en 2018 integrantes de esta comunidad llamaron a “rebelarse contra el Estado” y a iniciar un “gran levantamiento mapuche” y que en 2019 se tomaron la sede de la Conadi en reclamo porque no se había concretado la compra del predio. Así como que uno de sus miembros llamó a aprovechar el verano para comenzar una “tormenta de fuego en el wallmapu”, dicho que más tarde defendió como una “metáfora”.
Un historial de atentados contra el fundo El Porvenir
El campo que reclamaba esta comunidad pertenecía a la familia del ex diputado Diego Paulsen. De acuerdo con información disponible en el Poder Judicial, el 16 de septiembre de 2009, los entonces propietarios, junto con quien presidía la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco (SOFO), fueron retenidos a la fuerza por integrantes de la Comunidad Antonio Peñeipil. Allí los amenazaron con que si no se concretaba una reunión con representantes de Conadi y de la Forestal Mininco “van a empezar los problemas, los 365 días del año van a tener problemas” a lo que agregaron “no duerman tranquilos desde hoy en adelante si no quieren dialogar, los 365 días del año, día y noche, mañana y tarde”.
Esto, mientras afuera había barricadas en la ruta S-10, precisamente a la altura de la propiedad, “procediendo algunos de los sujetos a ingresar al interior del fundo El Porvenir cerrando el portón de ingreso con alambres, impidiendo el libre tránsito de los moradores del fundo y causando daños en plantas de eucaliptos de tres años, destruyendo un portón de madera y una bandera chilena”, indicó la acusación de la Fiscalía.
Por este caso hubo un procedimiento judicial en contra de Reinaldo Penchulef Sepúlveda, a quien se le imputó por el delito de amenazas; pero el asunto se zanjó únicamente con Reinaldo Penchulef pidiendo disculpas públicas.
Desde entonces, el campo sufrió diversos atentados y, efectivamente, la familia nunca más descansó tranquila. El mismo ex diputado Paulsen declaró que cuando se quedaba en Galvarino dormía con una escopeta ante el temor de sufrir una emboscada.
Otro hecho de gravedad ocurrió en el verano de 2022, cuando se quemó por completo la casona familiar que estaba en el fundo, donde residía la abuela del ex legislador. “Es un hecho lamentable que claramente se hizo de manera intencional… lamentablemente nos vemos con la casa de mi abuela, de mi familia, quemada por acciones de terceros”, denunció entonces Paulsen.
Este campo perteneció a la familia desde finales del 1800.
En el verano de 2015 apareció un rayado a menos de un kilómetro del predio con la inscripción “tormenta de fuego”, y entre los meses de enero y febrero de ese año, fueron blanco de al menos 10 ataques incendiarios.
No solo eso, la casona –antes de ser quemada– fue baleada en varias oportunidades; lo que llevó a que incluso tuviera protección policial nocturna. En entrevista con La Segunda en 2022 el ex diputado Diego Paulsen declaró que “llegamos a tener más de 40 hechos de violencia en menos de cincuenta días”.
Fuente: ellibero.cl