El Pleno de la Corte Suprema decidió este jueves remover a Ángela Vivanco del máximo tribunal por faltar a las normas del Poder Judicial tras considerar que cometió «intromisiones y concertaciones» en diversas causas con el abogado Luis Hermosilla.
La ahora exministra, quien se mantenía suspendida desde el pasado 9 de septiembre, fue sometida a un «cuaderno de remoción» que contenía seis acusaciones sobre hechos que atentaban contra los principios «de independencia, imparcialidad, probidad, integridad y transparencia que rigen al Poder Judicial».
De acuerdo con el veredicto leído por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Blanco, Vivanco “incurrió en comportamiento que afecta los principios de transparencia, imparcialidad, probidad, integridad y transparencia que rigen en la magistratura”.
Asimismo, argumentó que, «el comportamiento desplegado por la ministra revela irregularidades en la tramitación de causas a través de presiones indebidas ejercidas sobre funcionarios de categoría inferior en el Escalafón Primario, excediendo con su conducta, el desempeño ministerial que le corresponde en su calidad de juez».
En relación con la eventual injerencia de Vivanco en distintos nombramientos de cargos vacantes, «en el caso del último proceso de designación para Fiscal Nacional del Ministerio Público, una vez revelada la existencia de ciertos chats en que su pareja participaba de gestiones para que el postulante señor Carlos Palma se desistiera en favor de otro candidato a cambio de un doctorado y futuro cargo en una fiscalía regional de Santiago, realizó diligencias personales y directas ante el Fiscal Nacional, demostrando, con dicha conducta, que no era indiferente a los hechos atribuidos al señor Gonzalo Migueles».
Agregó que, «en lo relativo al concurso para proveer el cargo de Conservador de Bienes Raíces de Concón, al que postuló el señor Carlos Swett, la ministra reconoció en su informe la existencia de conversaciones con algunos ministros de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, respecto de los cuales es su superior jerárquico, en las que a ella se le consultaba por quienes podrían votar, lo que resulta carente de plausibilidad».
Por otra parte, destacó que, «las comunicaciones de que dan cuenta los chats remitidos por el Ministerio Público, revelan una intención de intervenir en concursos para cargos de este Máximo Tribunal, gestionando llamadas y reuniones en apoyo, y también en contra de ciertos candidatos, con la finalidad de obtener, según sus dichos, el “take over” (toma de control) de la Tercera Sala».
«Lo expuesto da cuenta de un patrón de conducta que se aleja del buen comportamiento exigible para un ministro de la Corte Suprema de Justicia, al intentar conformar redes de influencias, proceder incompatible con el cargo» enfatizaron.
Fuente: www.24horas.cl