Hace pocos días fue conocido el fallo de la Corte Suprema mediante el cual la justicia dirimió en contra de la Junta de Vigilancia del Río Huasco, confirmando la propiedad de 900 litros por segundo del Río Matancilla, afluente del Río de El Carmen, en favor de tres empresas de la región de Coquimbo.
Los hechos se remontan al año 1955 cuando un particular compró un terreno ubicado en el sector del Río Matancilla, en la alta cordillera, de una superficie de 450 hectáreas incluyendo los derechos de agua en lo que era por esa época la comuna de Vallenar, dentro de la entonces provincia de Atacama y Coquimbo.
Luego, en el año 1974 la dictadura cambió los límites territoriales entregando territorios de esta zona a la región de Coquimbo, no respetando los límites naturales de la cuenca del Río Huasco, y quedando la administración de las aguas del sector de la naciente del Río Matancilla bajo la tutela de la Dirección General de Aguas de la región de Coquimbo. En ese contexto, y sólo en el año 2006, tres empresas de la IV Región inscribieron los derechos de agua de esta propiedad en el Registro de Propiedad de Aguas de La Serena, a nombre de Inversiones CATEMU Limitada, Inversiones Los Nostros Limitada y el particular Juan Pablo Pesenti Rojas, quien actuó como Inversiones Ensenada S.A.
Mauricio Ríos, líder medioambiental del valle del Huasco y también regante de la localidad de Conay, manifestó al respecto que “Esta inscripción no fue conocida por las comunidades del Valle del Huasco. A estas empresas la DGA le otorgó 2 litros de agua por segundo por hectárea, es decir, 900 litros por segundo, siendo que el Río de El Carmen, donde tributa el Matancilla, tiene 1.176 litros por segundo. Es decir se trata de una locura, y lo más grave es que la DGA de Atacama, en el año 2010, durante un juicio de perfeccionamiento de derechos de agua, en el 19º y el 3º Juzgado Civil de Santiago iniciado por estas tres empresas, fue citada para que en terreno confirmara la inexistencia de los derechos de agua solicitados éstas. Pero la DGA, citada en tres ocasiones para que cumpliera con esta visita no asistió, motivo por el cual nuestro valle completo perdió gran parte del agua que hoy nutre al río Huasco”.
“Tan grave como la negligencia de la DGA de Atacama fue el actuar de la Junta de Vigilancia del Río Huasco, la cual sólo se vino a enterar del juicio perdido seis años más tarde, en 2016, iniciando recién acciones legales para tratar de revertir la situación, perdiéndose el juicio en primera instancia en 2018, y como se supo recientemente, también perdiendo hace pocos días atrás el juicio de casación llevado ante la Corte Suprema, debiendo incluso la junta ahora pagar las costas del juicio, lo cual asciende a una suma superior a los 300 millones de pesos” agregando Mauricio Ríos que “el hecho de que la inscripción de derechos de agua de estas empresas se hiciera en la ciudad de La Serena, y el juicio de perfeccionamiento de esos derechos se llevara a cabo en tribunales de Santiago, demuestra que todo este proceso se llevó a espaldas de las comunidades de todo el valle. Todo de forma oscura y sospechosa”
Finalmente, Mauricio Ríos señala sus sospechas sobre el destino que tendrán estos derechos de agua, indicando que “¿Qué van hacer estas empresa con el agua que le quitaron al río de El Carmen? ¿La van a entubar y llevársela a la región de Coquimbo? ¿O se la van a vender a las grandes mineras? Lo que hagan con ella el valle del Huasco entero pierde, es decir, grave impacto en la agricultura del primer tramo del valle; mucho menos agua para el embalse Santa Juana; nada de agua para el Paseo Ribereño en Vallenar y una dramática disminución del caudal que llega a la desembocadura en Huasco. Me parece de una gravedad extrema esta situación y llama poderosamente la atención el secretismo con que se ha llevado el tema. Por eso estamos informando a las comunidades para que se organicen. No queremos que nos saquen ni una gota de agua de la cuenca del Río Huasco. La cuenca del Huasco no se toca”.