Astrónomo de la UDA expresó su preocupación por la luminosidad del satélite Bluewalker 3

El grupo científico que estudia los satélites de baja altura en Chile expresó a través de un comunicado que Bluewalker 3 es ahora es uno de los objetos más brillantes en el cielo nocturno e ilustra el creciente desafío que estos satélites suponen para la comunidad científica mundial.

El astrónomo de la UDA que estudia el impacto de “enjambres” de satélites Amazon, Starlink y Oneweb sobre observatorios espaciales chilenos, cuyo trabajo acerca de las mega constelaciones de satélites de órbita baja (LEO) fue referenciada en la revista científica Nature el pasado 26 de mayo, citó: “Un estudio preliminar de 50 satélites OneWeb durante 2021 encontró que casi la mitad de ellos (Satélites de órbita baja) eran un poco más brillantes que el límite ‘seguro’ especificado por los astrónomos, dice Jeremy Tregloan-Reed, astrónomo de la Universidad de Atacama en Copiapó, Chile”.

Rayas en las fotografías de telescopios

Resumiendo, lo que atañe a la comunidad astronómica, es la alteración que causa el paso de los objetos brillantes  en el firmamento, especialmente en las fotografías de larga exposición que realizan los grandes telescopios: “Se han realizado algunos estudios al respecto utilizando la información disponible en este momento de los mismos. En todos los casos los instrumentos/telescopios más afectados son los de larga exposición que utilizan cámaras de campo ultra ancho. Actualmente el telescopio más afectado en Chile es el nuevo telescopio Charles Simonyi del Observatorio Vera C. Rubin. Basándose en un estudio de la primera generación de satélites Starlink, se predijo que al menos el 30% de todas las imágenes obtenidas en el crepúsculo astronómico (primera y última hora y media de cada noche) tendrían al menos una raya del satélite”, explicó el astrónomo.

Cabe mencionar que las fotografías del cielo capturadas por estos instrumentos de precisión pueden verse afectadas por las rayas que quedan impresas en los registros a causa del brillo que refleja el paso de los satélites a observaciones astronómicas reservadas con meses e incluso años de anticipación.

Satélite altamente brillante

Es en este contexto que el grupo chileno de satélites de órbita baja (CLEOsat), dirigido por el investigador del Instituto de Astronomía y Ciencias Planetarias (INCT) de la Universidad de Atacama, Dr. Tregloan-Reed expresó su preocupación debido a que el pasado 10 de septiembre, AST SpaceMobile lanzó un prototipo de satélite llamado BlueWalker 3 a una órbita terrestre baja.

De acuerdo a esta declaración el satélite, que cuenta con un sistema de antena de 64 metros cuadrados (el mayor sistema de antena comercial jamás desplegado en la órbita terrestre baja), es el primero de lo que se espera que sean un par de cientos de satélites más grandes llamados Bluebirds.

En coordinación con el nuevo Centro para la Protección del Cielo Oscuro y Silencioso de la Unión Astronómica Internacional (IAU CPS) contra las Interferencias de las Constelaciones de Satélites -del que CLEOsat es miembro- el grupo CLEOsat ayudó a facilitar nuevas mediciones coordinadas por observadores de Chile.

México y Marruecos, que muestran que este satélite se ha convertido en uno de los objetos más brillantes del cielo nocturno más brillantes que los satélites Starlink visibles y, en algunos casos, casi tan brillantes como algunas de las 5 estrellas más brillantes, Vega [1]. Además de la cantidad de luz solar que reflejarán de vuelta a la Tierra, se propone que estos satélites funcionen como «torres de telefonía móvil en el espacio», utilizando las mismas frecuencias que las redes de telefonía móvil terrestre, y podrían aumentar el nivel de ruido de radio artificial que ven los radiotelescopios que observan el Universo invisible en algunas longitudes de onda de radio.

Preocupación científica

«BlueWalker 3 supone un gran cambio en el tema de las constelaciones de satélites y debería darnos a todos motivos para detenernos», manifestó Piero Benvenuti, Director del CPS de la UAI. Durante una intensa semana de observaciones con el telescopio Chakana de 0,6 m en el observatorio Ckoirama (propiedad y operado por la Universidad de Antofagasta), el Deca-Degree Optical Transient Imager Transient Imager (un conjunto de seis telescopios de 28 cm), el Observatorio Astronómico Nacional de México y los telescopios del Observatorio de Oukaimeden (también miembro del CPS de la IAU), las observaciones de Bluewalker 3 fueron tomadas antes, durante y después del despliegue del conjunto. Estas imágenes están siendo analizadas y muestran un marcado aumento del brillo de Bluewalker 3, ahora que el conjunto de 64 metros cuadrados está completamente abierto, manifiestan desde CLEOsat.

«Bluewalker 3 supone un cambio de paradigma en los satélites de comunicaciones LEO. En un esfuerzo por proporcionar cobertura móvil orbital 4G y 5G en órbita, Bluewalker 3 está diseñado para tener la mayor antena jamás enviada en órbita aumentando en gran medida su reflectividad de la luz solar y convirtiéndolo en uno de los objetos más brillantes del cielo nocturno» dijo Jeremy Tregloan-Reed, director de CLEOsat y profesor asistente de la Universidad de Atacama.

Declaración CLEOsat

De acuerdo a lo explicado anteriormente, CLEOsat y sus socios manifiestan “estar preocupados por este reciente acontecimiento. El Universo es un laboratorio único que nos permite llevar a cabo experimentos que proporcionan física fundamental y otras investigaciones en los límites de nuestro conocimiento, conocimientos que nunca serían posibles recrear en la Tierra. Además, el prístino cielo nocturno es un aspecto importante del patrimonio cultural compartido por la humanidad, y debe ser protegido para la sociedad en general y para las generaciones futuras”.

En relación al fenómeno observado CLEOsat y sus miembros reconocen que: “las nuevas constelaciones de satélites tienen un importante papel en mejorar el acceso a las comunicaciones en todo el mundo. Sin embargo, su interferencia con las observaciones astronómicas podrían obstaculizar gravemente el progreso de nuestra comprensión del cosmos. Por lo tanto, su despliegue debe realizarse teniendo en cuenta los posibles efectos secundarios y haciendo un esfuerzo sincero para minimizar su impacto en la astronomía”.

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